Comprenden el 80% de la demanda actual de la energía primaria a nivel mundial según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por Francisco Contreras Nájera
Combustible fósil:
Los combustibles fósiles (como el petróleo, el carbón y el gas natural) son aquellos que provienen de la descomposición natural de la materia orgánica (plantas, microorganismos, bacterias y algas) luego de un proceso de transformación que puede durar más de 600 millones de años. Según las Naciones Unidas, comprenden el 80% de la demanda actual de energía primaria a nivel mundial.
Las personas necesitamos energía para poder llevar a cabo muchas de las actividades que desarrollamos, desde calentar nuestro hogar en los meses de frío a poder desplazarnos gracias a algún medio de transporte. En el tejido industrial, su uso abarca desde segmentos que han sido, siempre, consustanciales a la evolución humana, como la agricultura, hasta las modernas fábricas que producen en serie toda clase de aparatos de tecnología, de automoción o de consumo en general.
Principales tipos de combustibles fósiles
Carbón:
Trozos negros o marrones de roca sedimentaria que oscilan desde los desmenuzables hasta relativamente duros, el carbón comenzó a formarse durante el período Carbonífero hace unos 300 a 360 millones de años, cuando las algas y los restos de la vegetación de los bosques pantanosos se asentaron cada vez más profundamente bajo las capas de barro. Extraído con métodos superficiales o subterráneos, el carbón suministra un tercio de toda la energía mundial, siendo los principales consumidores y productores de carbón en 2018 China, India y Estados Unidos. El carbón se clasifica en cuatro categorías –antracita, bituminoso, subbituminoso y lignito– en función de su contenido en carbono.
Petróleo:
El petróleo crudo, un líquido compuesto principalmente por carbono e hidrógeno, suele ser negro, pero existe en una variedad de colores y viscosidades según su composición química. Gran parte de él se formó durante el período Mesozoico, hace aproximadamente 252 y 66 millones de años, cuando el plancton, las algas y otras materias se hundieron en el fondo de los antiguos mares y acabaron enterrados.
Extraído de pozos en tierra y en el mar, el petróleo crudo se refina en una variedad de productos petrolíferos, como la gasolina, el diésel y el gasóleo de calefacción. Los principales países productores de petróleo son Estados Unidos, Arabia Saudí y Rusia, que juntos representan casi el 40 % del suministro mundial.
Gas natural:
El gas natural, un gas inodoro compuesto principalmente por metano, suele encontrarse en depósitos que, como los del carbón y del petróleo, se formaron hace millones de años a partir de materia vegetal y organismos en descomposición. Tanto la producción de gas natural como la de petróleo se han disparado en Estados Unidos en las dos últimas décadas gracias a los avances en la técnica de perforación que la mayoría de la gente conoce como fracking.
Al combinar el fracking -o fracturación hidráulica- con la perforación horizontal y otras innovaciones, la industria de los combustibles fósiles ha conseguido extraer recursos que antes eran demasiado costosos de alcanzar. En consecuencia, el gas natural ha superado al carbón y se ha convertido en el principal combustible para producir electricidad en Estados Unidos, que es líder mundial en la producción de gas natural, seguido por Rusia e Irán.
Auge y descenso de las energías fósiles
A pesar de que en el siglo XVIII ya se utilizaba el petróleo con fines médicos y militares, la principal fuente de energía era la madera, que se usaba para quemar y encender fuego tanto en hogares como en las incipientes fábricas e industrias. En mucha menor medida, algunas plantas de producción apostaban por los molinos de agua como generadores de energía.
A partir del XIX, la llegada de la Revolución Industrial significó el uso masivo del carbón, principal materia prima para alimentar a la máquina de vapor, que alcanzó el liderato mundial como principal combustible y lo mantuvo hasta mediados del siglo XX. En ese momento, que coincidió, aproximadamente, con el final de la II Guerra Mundial, el petróleo le sustituyó como principal materia prima para la generación de electricidad, gracias a su bajo costo.
La extensión en el uso del petróleo y del gas como grandes fuentes energéticas se fomentó para el uso de innovaciones industriales como, por ejemplo, el motor de combustión interna, elemento nuclear para que primero, los automóviles y algo más tarde los aviones, cambiarán para siempre el comercio y las comunicaciones mundiales.